¿Qué es una alergia?


Estornudos, secreción nasal, picor de ojos... ¿Es solo un resfriado o podría tratarse de alergia? Aprender a diferenciar los síntomas es clave para cuidar tu salud.

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El 30% de la población sufre algún tipo de alergia, y muchas personas no lo saben. ¿Y si tu resfriado de cada primavera fuera una alergia sin diagnosticar?

¿Qué es una alergia?

La alergia se define como una reacción anormal del organismo debido a que responde de manera exagerada cuando entra en contacto con una sustancia procedente del exterior, a la cual, normalmente los demás individuos no reaccionan. Estas sustancias se llaman alérgenos.

Una reacción alérgica es entonces un intento defensivo exagerado que ocurre en ciertas personas a las que llamamos alérgicos.

Cuáles son los principales alergenos

Sabías que… Más del 25% de la población española sufre alergia, y esta cifra sigue creciendo. Entender qué es una alergia es clave para mejorar tu salud y calidad de vida.

Los síntomas más comunes de la alergia

Si experimentas varios de estos síntomas, podría ser una señal de que sufres de una alergia. Es importante consultar con un médico para recibir el diagnóstico adecuado.

Congestión nasal o secreción excesiva de moco.

Picor en los ojos, nariz y garganta.

Estornudos frecuentes.

Enrojecimiento o hinchazón en la piel o en los ojos.

Erupciones cútaneas como urticaria o eccema.

Dificultad para respirar, especialmente en casos de alergias respiratorias o asma alérgico.

Los síntomas de la alergia pueden variar en función del tipo de alérgeno (polen, ácaros, alimentos, medicamentos, etc.) y de la vía de entrada al organismo (respiratoria, cutánea, digestiva…). Las manifestaciones más frecuentes son la rinitis alérgica, la conjuntivitis alérgica y, en muchos casos, también el asma, afectando a millones de personas en todo el mundo. De hecho, se estima que una de cada cinco personas sufre rinitis o conjuntivitis alérgica, y en numerosos casos estas patologías están asociadas.

  • Rinitis alérgica: Picor nasal, estornudos en ráfaga, congestión, goteo nasal acuoso o sensación de nariz taponada.
  • Conjuntivitis alérgica: Picor en los ojos, lagrimeo constante, sensación de arenilla o escozor ocular, enrojecimiento visible.
  • Alergias alimentarias: Reacciones que van desde molestias digestivas hasta urticaria tras ingerir ciertos alimentos.
  • Alergias en la piel: Erupciones, picor, enrojecimiento o hinchazón tras el contacto con sustancias alergénicas.
  • Asma alérgico: Tos persistente (con o sin mucosidad), dificultad para respirar, sensación de opresión en el pecho y ruidos tipo silbidos al exhalar.
  • Anafilaxia: La reacción alérgica más grave: rápida, generalizada y potencialmente mortal si no se trata a tiempo.

Fases de una reacción alérgica

Aunque muchas personas piensan que las alergias aparecen de forma repentina, lo cierto es que el cuerpo pasa por varias etapas antes de desarrollar una reacción. Comprender estas fases es clave para entender por qué una alergia puede surgir aparentemente “de la nada” o tras años de exposición.

¿Por qué es importante saber esto? Porque una alergia no siempre se manifiesta desde el primer contacto. El cuerpo necesita “prepararse” para reaccionar, y ese proceso puede pasar desapercibido hasta que los síntomas se vuelven evidentes. Por eso, un diagnóstico médico adecuado es esencial.

+2%

de la población adulta en Europa sufre alergias alimentarias

60%

de las personas con alergias no están diagnosticadas adecuadamente

25%

de personas en España sufren de alguna alergia.

¿A quién afecta la alergia?

Las alergias pueden aparecer a cualquier edad

Aunque suelen iniciarse en la infancia, pueden desarrollarse también en adultos. El sistema inmunitario puede volverse sensible a ciertos alérgenos en cualquier momento de la vida, incluso aunque antes no se haya tenido ninguna reacción.

  • Infancia y adolescencia: La etapa más frecuente. El sistema inmunitario aún está en desarrollo y es más propenso a reaccionar frente a agentes externos como el polen, alimentos o ácaros.
  • Edad adulta: Muchas personas desarrollan su primera alergia en esta etapa. Cambios hormonales, ambientales o acumulación de exposición a alérgenos pueden ser desencadenantes.
  • Tercera edad: Menos habitual, pero posible. En algunos casos, las alergias pueden intensificarse o cambiar con la edad.

No tener alergias en la infancia no significa estar libre de riesgo. Si aparecen síntomas como picor, estornudos, urticaria o molestias respiratorias, consulta con un especialista, sin importar tu edad.

Recuerda. Tener familiares alérgicos aumenta el riesgo, pero no lo determina.

Prevención y recomendaciones para pacientes con alergias

Entendemos que la prevención es tan importante como el diagnóstico y el tratamiento. Por eso, hemos preparado esta guía con recomendaciones prácticas y personalizadas según el tipo de alérgeno. Nuestro objetivo es ayudarte a identificar riesgos, adoptar hábitos saludables y anticiparte a las reacciones para que disfrutes de una vida con más tranquilidad y seguridad.

¿Por qué el polen provoca alergia?

La alergia al polen es una de las formas más comunes de rinitis alérgica estacional. Se produce cuando el sistema inmunológico identifica el polen como una amenaza, aunque en realidad se trata de una sustancia inofensiva. En respuesta, el organismo genera una reacción defensiva exagerada, liberando histamina y otras sustancias que provocan inflamación de las mucosas y síntomas como estornudos, picor de ojos, congestión nasal o tos.


Recomendaciones a pacientes alérgicos a pólenes

Si convives con alergia al polen, seguir una serie de pautas puede ayudarte a reducir la exposición y controlar los síntomas. Desde Probelte Pharma te recomendamos:

  1. Consulta los niveles de polen en tu zona mediante calendarios polínicos o aplicaciones móviles especializadas. Evita las salidas al aire libre en días de alta concentración.

  2. Reduce la ventilación directa, especialmente a primera hora de la mañana y al atardecer, que son los momentos de mayor dispersión de polen. Mantén cerradas las ventanas de casa y del coche.

  3. Utiliza gafas de sol al salir, para proteger los ojos del contacto con partículas suspendidas en el aire.

  4. Dúchate y cambia de ropa al regresar a casa si has estado en espacios abiertos, para eliminar restos de polen adheridos a la piel, el pelo o la ropa.

  5. Evita tender ropa al exterior, ya que puede impregnarse de polen.

  6. Usa filtros antipolen en el sistema de aire acondicionado o purificadores de aire con filtro HEPA.

  7. Consulta a un especialista para evaluar tu caso y valorar la necesidad de iniciar un tratamiento específico, como inmunoterapia.

¿Por qué los ácaros provoca alergia?

Los ácaros del polvo son organismos microscópicos que habitan de forma natural en nuestro entorno, especialmente en espacios cálidos y húmedos como colchones, almohadas, alfombras, sofás y ropa de cama. Se alimentan de escamas de piel humana y animal, y aunque no pican ni transmiten enfermedades, sus restos —especialmente sus excrementos— contienen proteínas que pueden desencadenar una intensa respuesta alérgica.

Cuando una persona alérgica inhala estas partículas, su sistema inmunológico las identifica erróneamente como una amenaza.


Recomendaciones a pacientes alérgicos a los ácaros

La clave para reducir los síntomas alérgicos es limitar la exposición al alérgeno. Si eres sensible a los ácaros, te recomendamos adoptar estas pautas en tu hogar:

  1. Ventila a diario durante al menos 10 minutos, preferiblemente por la mañana, para reducir la humedad ambiental.

  2. Utiliza fundas antiácaros en colchones, almohadas y edredones, y lávalos con frecuencia a temperaturas superiores a 60 °C.

  3. Evita acumulación de polvo en estanterías, cortinas o peluches. Opta por muebles de fácil limpieza y superficies lisas.

  4. Elimina alfombras y moquetas, sobre todo en dormitorios. Si no es posible, utiliza aspiradores con filtro HEPA.

  5. Mantén un nivel de humedad inferior al 50 %, utilizando deshumidificadores si es necesario.

  6. Lava semanalmente la ropa de cama y cambia con frecuencia las sábanas, manteniendo especial cuidado con los textiles que están en contacto directo con la piel.

  7. Evita peluches y cojines decorativos en la cama o sustitúyelos por versiones lavables.

  8. Consulta con un especialista para valorar opciones terapéuticas, como antihistamínicos o inmunoterapia específica, que ayuden a reducir la sensibilidad a los ácaros.

¿Por qué los animales provocan alergia?

La alergia a los animales no se produce por el pelo en sí, como comúnmente se cree, sino por proteínas presentes en la saliva, la caspa (pequeñas partículas de piel) y la orina de ciertos animales. Estas proteínas se adhieren fácilmente al pelo y a las superficies del hogar, manteniéndose en suspensión en el aire o depositándose en alfombras, cortinas, ropa o muebles.

Cuando una persona alérgica entra en contacto con estas proteínas, el sistema inmunológico reacciona de forma desproporcionada, liberando histamina y generando síntomas respiratorios (rinitis, asma), oculares (picor, lagrimeo), e incluso cutáneos (urticaria o eccema en casos de contacto directo).


Recomendaciones a pacientes alérgicos a epitelios de animales

Convivir con animales si se padece alergia puede ser un reto, pero es posible minimizar la exposición alérgena adoptando ciertas precauciones:

  1. Evita el contacto directo con el animal que provoca la reacción alérgica. Si no es posible, lávate las manos y cambia de ropa tras interactuar con él.

  2. Mantén al animal fuera del dormitorio, creando un espacio libre de alérgenos donde puedas descansar sin exposición.

  3. Baña al animal con frecuencia, siguiendo las indicaciones veterinarias, para reducir la acumulación de alérgenos en su pelaje.

  4. Limpia con regularidad superficies, tapicerías, alfombras y cortinas con aspiradoras con filtro HEPA o sistemas de limpieza en húmedo.

  5. Ventila la vivienda a diario y considera el uso de purificadores de aire con filtros especiales para capturar alérgenos en suspensión.

  6. Evita los textiles que acumulen partículas, como moquetas, cojines decorativos o mantas no lavables.

  7. Consulta con un alergólogo, especialmente si los síntomas son persistentes, para valorar un tratamiento farmacológico o inmunoterapia específica.

¿Por que los mohos y alergias provocan alergia?

Los hongos y mohos son microorganismos que se reproducen mediante esporas microscópicas, capaces de permanecer en suspensión en el aire y penetrar fácilmente en las vías respiratorias. En personas alérgicas, la inhalación de estas esporas desencadena una respuesta inmunológica exagerada, produciendo síntomas respiratorios similares a los del polen o los ácaros: estornudos, congestión nasal, tos, picor ocular e incluso crisis asmáticas.

A diferencia de otros alérgenos estacionales, los mohos pueden encontrarse durante todo el año, especialmente en ambientes húmedos y mal ventilados.


Recomendaciones a pacientes con alergia a hongos y mohos

Reducir la exposición a las esporas de moho es fundamental para controlar los síntomas. Desde Probelte Pharma, te recomendamos adoptar las siguientes medidas en casa y en tu entorno:

  1. Controla la humedad ambiental, manteniéndola por debajo del 50 % mediante ventilación adecuada o el uso de deshumidificadores.

  2. Ventila a diario baños, cocinas y sótanos, especialmente después de ducharse o cocinar, para evitar la acumulación de vapor.

  3. Limpia con frecuencia superficies propensas a la aparición de moho, como juntas de azulejos, paredes, techos o cortinas de ducha, utilizando productos antifúngicos.

  4. Evita secar ropa en interiores, ya que aumenta la humedad ambiental.

  5. Revisa el estado de filtros de aire acondicionado, calefacción o humidificadores para evitar acumulación de moho en el sistema.

  6. Evita actividades de jardinería o manipulación de compost, especialmente en días húmedos o sin protección adecuada.

  7. No almacenes plantas de interior en exceso, ya que sus macetas pueden favorecer el crecimiento de moho.

  8. Consulta a un profesional de la salud para confirmar el diagnóstico y valorar tratamientos específicos que mejoren tu tolerancia a este tipo de alérgenos.

¿Por qué los animales provocan alergia?

La alergia alimentaria es una reacción inmunológica adversa que se produce cuando el sistema inmunitario identifica ciertas proteínas presentes en los alimentos como agentes peligrosos, aunque sean inofensivas para la mayoría de las personas. Al entrar en contacto con ese alimento, el cuerpo libera histamina y otras sustancias inflamatorias, provocando síntomas que pueden ser leves o potencialmente graves.


Recomendaciones a pacientes alérgicos a alimentos

Evitar el alimento que provoca la reacción es la medida más eficaz para prevenir síntomas. Desde Probelte Pharma recomendamos a los pacientes alérgicos seguir estas pautas de prevención y seguridad:

  1. Consulta con un especialista en alergología para identificar con precisión el alérgeno mediante pruebas específicas y establecer un plan de actuación personalizado.

  2. Lee cuidadosamente las etiquetas de todos los productos alimentarios. Presta atención a los ingredientes, pero también a las advertencias de trazas o contaminación cruzada.

  3. Evita la improvisación al comer fuera de casa. Informa al personal de restaurantes y comedores sobre tu alergia y pregunta por los ingredientes y métodos de preparación.

  4. Cuidado con los productos no alimentarios, como cosméticos o medicamentos que pueden contener alérgenos ocultos (por ejemplo, lactosa en fármacos o frutos secos en cremas).

  5. Utiliza utensilios y superficies limpias, si cocinas en casa, para evitar la contaminación cruzada.

  6. Lleva siempre contigo la medicación prescrita, como antihistamínicos o autoinyectores de adrenalina (en caso de riesgo de anafilaxia), y asegúrate de que tú y tu entorno sepan cómo utilizarla.

  7. En colegios, campamentos o actividades infantiles, informa y entrega el protocolo de actuación al personal responsable.

Si crees que podrías tener una alergia, no estás solo. Contacta con nuestros especialistas y recibe la orientación que necesitas.

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